10 razones por las que un buen profesor de música debe recomendar apps a sus alumnos.

 


Los estudiantes de música de hoy en día viven, consumen y respiran tecnología por todas partes: se comunican por Facebook, fotografían con Instagram y escuchan música con Spotify. Pertenecen a los llamados “nativos digitales”. Sin embargo no se les enseña a aprender música con tecnología. Cruzan las puertas  del conservatorio como si de una máquina del tiempo se tratara, y presencian metodologías del pasado que en nada se parece a lo que hacen en los institutos, donde ya hay profesores que piden ejercicios vía twitter mediante hashtags o piden hacer un corto sencillo con la cámara del móvil para trabajar un tema de historia.¿Y los conservatorios?  Si crees que debes renovar tus metodologías, te interesa conocer las 10 razones por las que un buen profesor de música debe recomendar apps a sus alumnos:

1) Es el recurso TIC más económico y accesible.

Hace un par de años tener un smartphone podría considerarse un lujo. Hoy en día están tan extendidos como los ordenadores y parece prácticamente impensable que alguien no posea uno, además las apps se han universalizado, habiendo infinidad de apps gratuitas.

 


2) Son la fuente de conocimiento más cercana de los jóvenes. 

La mayor parte del tiempo lo pasan conectados a internet, principalmente a través de un móvil o una tablet. En este espacio convergen ocio y estudios: se ayudan con las dudas de clase por WhatsApp, consultan el diccionario  e incluso repasan los exámenes por videos de Youtube. El móvil se ha convertido en su nueva enciclopedia multidisciplinar e instantánea.

 
3) Las apps generan motivación en el estudio.
Además de ser un espacio cómodo y atractivo para ellos, porque es el medio en el que se mueven, las apps requieren de un uso consciente que obliga a los alumnos a estar atentos en todo momento en aquello que hacen. Al estudiar un instrumento puede haber muchos momentos de frustración. Tomar una nueva perspectiva hará el estudio mucho más llevadero y dinámico.

4) No limitan el momento ni el lugar.

Hace años era impensable que un músico pudiera llevar metrónomo y grabadora encima suyo en todo momento. ¿Cuántas veces habéis estado en ratos muertos que podríais haber aprovechado para repasar o estudiar? Repertorio, metrónomo, ejercicios, audios, métodos… todo está al alcance y en nuestro bolsillo. El profesor debe recomendar recursos que complementen o refuercen la formación del alumnado, como pueden ser apps de teoría musical o educación auditiva.

5) Permiten capturar al momento los resultados. El alumno ha de comprender, entre otros, dos aspectos esenciales en su estudio: el sonido y la técnica. Viviendo como vivimos en la era de la instantaneidad, las apps permiten capturar al momento los resultados en los dos términos pudiendo grabar en audio y en video para una posterior autocrítica. De existir alguna duda durante el estudio, grabarse en vídeo para comentar con el profesor puede ser una solución mucho más rápida que la tradicional imitación “ciega” (en la que el alumno ve claro el ejemplo pero no es consciente de lo que hace porque no se ve).

 

6)  La tecnología táctil es la más fácil e intuitiva de usar. 
Aunque parezca una tontería, utilizar el dedo índice para indicar exactamente qué se quiere hacer ha acercado la informática a muchos que antes se mostraban reticentes o que sencillamente no conseguían entenderla. Liberarse del ratón ha supuesto una revolución y ha acercado muchas más posibilidades a mucha más gente de todas las edades. Seguramente los alumnos menos tecnófilos también sabrán utilizar apps, cosa que no sucedería con programas de ordenador.



7) Conectados con todo el mundo aquí y ahora.
La interacción con compañeros de profesión en la música es imprescindible. Gracias a las apps y a las redes sociales la comunicación entre gente afín se ha extendido a nivel global. Hace poco estuve en un congreso y conocí a colegas del sector porque nos unió un hashtag del evento en twitter. A estudiantes de todo el mundo se les puede unir por contenidos de clase, interpretación de mismas obras, o conciertos en los mismos lugares. La internacionalización puede hacer ver a los alumnos qué criterios o metodologías se desarrollan en otros lugares enriqueciendo su conocimiento.

 

8) Quien no se promociona no vende.

Relacionada con el punto anterior, también se debe educar y mostrar al alumnado las ofertas laborales que hay en el campo de la música, que no se reducen a ser concertista o profesor. La interacción con apps y redes sociales es una interesante forma de que los alumnos compartan lo que hacen, se promocionen y descubran su vocación conociendo a gente con los mismos intereses.


9) Las posibilidades a las que pueden llegar las apps son infinitas.
La complejidad de muchas apps ya nos han dejado asombrados en este blog. Es de suponer que a la velocidad a la que evoluciona este campo nos encontremos en una ínfima parte de las posibilidades a las que se puede llegar en todos los sentidos.

10) Rompen barreras y desarrollan carencias

Muchas apps que ya hemos comentado en el blog permiten hacer cosas que antes eran impensables (como reproducir una partitura en PDF, transcribir una melodía cantada, o reconocer el tempo al que tocas -como un metrónomo, pero a la inversa, ¡él es el que te escucha!-). Estas apps permiten al alumnado trabajar lectura, entonación, ritmo y muchos más aspectos facilitando una educación integral de los estudiantes.

 
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